
Un vecino de Valencia denuncia en reiteradas ocasiones al Ayuntamiento de la localidad, por las graves molestias que le están produciendo los continuados e incesantes ladridos del perro del vecino.
El denunciante alega padecer estrés, ansiedad e insomnio a causa de los ruidos causados por el perro de su vecino, procediendo a denunciar la situación repetidas veces al Ayuntamiento de Valencia, lugar donde suceden los hechos, no actuando este, conforme las peticiones del ciudadano y haciendo caso omiso a las mismas.
Así pues, el vecino reclama la total cantidad de 60.000 euros por impedirle hacer su vida con total normalidad, ya que le provocaba un cuadro de estrés, además de solicitar que se confiscara al perro de su dueño.-
Tras presentar la reclamación ante los Tribunales, por parte del Tribunal Superior de Justicia de Valencia, se resuelve a favor del denunciante y se acuerda la obligación por parte del Ayuntamiento de Valencia del pago de la cantidad de 3.000 euros en concepto de indemnización.
La razón que se alega en cuanto a no concederle la totalidad de la cuantía reclamada de 60.000 euros es que no queda acreditado de forma plena el nexo causal entre los ladridos del perro y los perjuicios de la ansiedad provocada, pudiendo existir antecedentes médicos previos.
Por otro lado, el Tribunal rechaza la idea de confiscar el animal ya que el daño se considera ya producido, lo cual significa que no se va a poder restituir mediante la confiscación del perro, si no mediante el pago de una indemnización, siendo tal decisión aprobada.
A lo largo de los años ha habido casos semejantes en cuanto al pago de una indemnización a causa de los ladridos de un perro, pudiendo acreditar que la Justicia, prioriza el bienestar de las personas en los casos en que no pudiese llevar a cabo con normalidad su vida, por causas ajenas a su voluntad, tales como las molestias graves de ruidos o ladridos de un animal.-
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